Lo primero y principal que contar, es que llevamos (Jose y yo) 3 días en Pune sin equipaje. Volamos desde Nueva Delhi desde el aeropuerto de vuelos domésticos dirección Pune. Ahí ya una pequeña movida porque no me habían puesto un cuño en el billete (ya que iba en mi equipaje de mano) y ya en subiendo desde la pista al avión, me dicen que no puedo subir, que tengo que ir a la terminal… afortunadamente, mi “no way” bastó para que me dejasen subir.
Y llegamos al aeropuerto de Pune, que es algo así como le de Coruña, aunque un tractor te trae directamente las maletas del avión al aeropuerto, las descargan en la puerta, y pillas la tuya…. Bueno, la pillaría si estuviera! Supuestamente debería viajar con nosotros y el transfer la llevaría directo desde Vigo a Pune… lamentablemente, y después de 1000 llamadas, nos enteramos que estaba en ¿¿Dubai?? Joder, habérmelo dicho, que iba yo también que me molaría conocerlo! Hoy supuestamente y después de mil gestiones, nos comentan que ya están en el aeropuerto. Fuimos a por ellas y cuando ya nos comentan que están allí ¡¡¡¡¡ Siiiiiiiiii ¡!!!! Siii???... Si, pero no!! Las maletas están allí, pero nos pidieron una documentación que deberíamos haber rellenado en Delhi, sin la cual no pueden saber que esas maletas son nuestras… ¿y como no lo saben si tenemos los tickets? Pues no lo saben, y punto!! Así que de nuevo a empezar y a solicitar esa información a Air France,… mañana ya que hoy ya han cerrado (a las 5 de la tarde). Además nos dicen que la gente que nos la puede entregar no volverá hasta el domingo,…
Bueno, venga va. Parece que todo es fatal… todo lo contrario. Ayer por la noche y ya que teníamos que ir a comprarnos algo de ropa, fuimos caminando hasta un centro comercial. Pune es acojonante con los grandes contrastes que hay… impresionante!! Después de hacer nuestras compritas, pegarnos una ducha y ponernos ropa nueva (como para acercarse al hedor que desprendía la vieja), fuimos a dar una vuelta intentando localizar un templo que había por la zona. Nos metimos por alguna que otra callejuela, gira para arriba, luego a la derecha, luego,… no se donde estamos pero sigamos andando a ver que hay y luego… ¡¡¡coño, el templo!!!
Le preguntamos a un chaval que estaba en la puerta si habría algún problema por entrar. Nos dijo que no siempre y cuando nos descalzásemos… Y así lo hicimos. Queee pasada; me recordaba a un bunquer de la segunda guerra mundial solo que en le fondo, en lugar de haber armas, había una ceremonia en la que doraban a una pequeña diosa (que aunque suene a coña, creo que era Shiva). El detalle de la visita es que Jose se puso a filmar en medio de la ceremonia y yo, desde atrás, vi como todos le seguían con la mirada fijamente. Optamos por una retirada estratégica, por si las moscas…
Mañana más, que me lío mucho y jose tiene que sobar…