viernes, 20 de junio de 2008

Negocios en la India…

Ya llevo unas semanas aquí y todavía estoy aprendiendo como funcionan todo. Me refiero en este caso a nivel de negocios, no tanto a grandes negocios como puede ser lo que estamos haciendo en Silicus, si no esos de la pequeña vida cotidiana.

Aquí tienes que ser un hacha hasta para comprar la leche. “¿Cara de occidental? (creedme, no somos tantos en esta ciudad), a ver si se la cuelo y saco más pasta.”. He de reconocer que los primeros días, en los que estás encerrado en tu pequeño mundo del hotel, todo es mágico y maravilloso: la amabilidad de todo el servicio, la atención en todo momento (en algunas ocasiones, hasta extrema: un día estando con Jose encendí la tele y 2 tíos del tamaño de Fer aparecieron por la puerta para sintonizar los canales!!)… todas tus necesidades básicas y no tan básicas están plenamente cubiertas en aquel submundo.

Ahora llega la verdad, cuando tienes que gestionar una casa (se empieza a mover la pasta) y moverte por los pequeños callejones de tu barrio para ir a las tiendas, comprar lo básico que necesita una casa para vivir (siiii!!! Tengo sábanas!!!), coger riskshaw a todas horas, huevos, leche, zumo,… Aquí van las 5 reglas básicas:

Regla número 1 (también llamada regla del 20 %): fue una de las primeras reglas que nos indicaron los españoles tan pronto llegamos aquí. Aquí se regatea por todo. Lo normal, bajarles un 20% el precio indicado inicialmente. Tan solo espera a su precio, y empieza el juego. En caso de que sea de noche y vayas a coger un riskshaw, te querrán cargar entre un 300 y un 500 % (calculado, no es coña). Conseguir en este momento un 200%, es un buen trato. Ya está pillado el callo.

Regla número 2: de buen rollo sí, pero no a la hora de pagar. Puedes estar con mucha coña, buen rollo, somos colegas, blablabla. A la hora de hablar de negocios / pasta, a mala ostia y de frente. Firmeza ante todo. ¿Qué no le mola? Vamos a ser sinceros, este país tiene 1.000.000.000 de habitantes (sí, sí, contad los “0”).

Regla número 3: la pasta, al final del trabajo. Si tu pagas por adelantado, puedes conseguir 2 cosas que son o bien que el trabajo no quede finalizado, o que no lo hagan de la manera deseada. Suele pasar frecuentemente que te confirman que te han atendido y no las cosas no están echas como se planteaban. Si pagas a posteriori, te entienden perfectamente…

Regla número 4: relativa al tiempo de desempeño del trabajo. Ok, has cerrado un acuerdo, has cerrado importe, blablabla. Llega la hora del plazo de ejecución. Cuando leí un día que el tema de los horarios de reuniones laborales era relativo (o que incluso la gente no aparecía) era totalmente mentira. Nuestro equipo aquí es totalmente meticuloso al respecto y no aprecian que tu retrases una reunión, aunque entienden que sea por causas laborales (ya que están conmigo y me ven pegando botes de vez en cuando). Ahora eso sí, tu fijas con alguna persona para que venga a limpiar tu casa un día (creedme, se necesitaba ayuda), lías a tus amigos españoles (y de Trinidad y Tobago) para que espere a dicha persona por las llaves y ellos esperan y esperan y esperan…. Afortunadamente ellos ya tienen más experiencia que yo y vieron que esto era previsible e incluso normal.

Regla número 5: ley del entendimiento. Como he comentado antes, en ocasiones dicen que sí, y es como “el sí de los tontos”. Está claro que mi inglés deja bastante que desear aunque por ahora no me ha generado problemas ya que mi carencia de “shame” (vergüenza, - gracias Jose por recordarme la palabra-), hace que sea capaz de explicar de mil y una maneras. Como todos sabéis, hablo por los codos sin ningún problema (¿a que sí Jose?). También está claro que ellos no tienen un acento dentro de lo común y más si nos vamos a los pequeños negocios de barrio / riskshaws. En este caso, realmente importante verificar la información que ellos han entendido a través de un “vale, ahora explícame que te he dicho”. Funciona bastante bien y ellos no parecen ofendidos por ello.

Aplicando las reglas antes mencionadas, ayer por la noche hice que la agencia, ya que se lleva un buen pellizco (vamos tanta pasta como se llevarían en España) por la gestión del tema de vivienda, me gestionara, “incluido en el precio”, temas como televisión (aquí va por cable), limpieza (ayer 4 personas estaban en mi casa), Internet (mamá, no te preocupes que en unos días a ver si hay suerte y te llamo. En este caso estoy acojonado con la regla número 4), cortinas, lámparas, lavadora,… Lo único que me preocupa en este caso es el tema Internet ya que, aplicando la regla número 3, no voy a pagar el dinero restante hasta este sábado cuando ya tenga todo, menos Internet ya que esto tardará algún tiempo.

Ojo y pongo una alerta aquí con mayúsculas: todo esto de lo que estoy hablando, se refiere A LOS NEGOCIOS (grandes y pequeños). En ningún momento es aplicable a la gente en sí ya que sigo pensando que tendríamos un inmenso mar de cosas que aprender de esta cultura y de su carácter. De echo, cada día tengo más amigos indios con los que discutir a cerca de cómo funcionan aquí las cosas e intentar descubrir nuevas reglas de negocios.

Realmente ayer por fin pude hacerme mi propia cena tranquilo en mi casa relajándome y disfrutando de la buena temperatura que hay ahora por las noches gracias al monzón (empiezo a entender por qué les gusta que todos los años llegue).

Bueno, por último incluyo “the pick of the day” (nueva sección en este blog) donde he sacado una foto del río Mula Mutha cuando lo estábamos cruzando esta mañana dirección al trabajo (bueno, ayer, ya que escribo esto por las noches y ahora no puedo publicar debido a la carencia de interné) pasando al lado de un buen hombre que seguro que también se dirigía a su chollo… El río cada día está más lleno debido al monzón y de aquí a unos 20 días probablemente se desbordará al igual que el año pasado. ¿Os fijáis que es verde? Es todo la inmensa cantidad de plantas (especie de nenúfares) que hay sobre él. El río circula muuuy lento (vamos, que no es para hacer rafting en él).



Bicos a todos!