Estos días (comienzo de sprint, y no muy sencillo) se me está acumulando el chollo y se me hace bastante agotador. Así que cuando consigo llegar a casa… me voy al gim (pa arreglarlo). Sí, ya no me levanto a las 6:30 am automáticamente como un reloj y me voy al gim. Creo que el cuerpo se me ha acostumbrado a la luz y horario de aquí…
Y centrándonos a lo que íbamos, Kerala.
Por fin he podido y aprovechando las vacaciones de Diwali (como la semana santa nuestra) me he pillado un par de días más y he disfrutado de unas vacaciones de 6 días en este sitio de ensueño…
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Kerala es una provincia al sur de India, limitando totalmente con el mar Kerala es un estado situado en el sur de la India, ocupa una estrecha franja de la costa suroeste. Se le conoce por ser el más alfabetizado del país, con una tas…. Bla bla bla… Si queréis historia iros a la wikipedia http://www.wikipedia.es/result.php?buscar1=kerala
Justo cuando llegué de vuelta de España, todos mis expatriados habían organizado sus vacaciones de Diwali y el Rubén (Miranda de Ebro) y Alfonso (puto catalán), me ofrecieron irme con ellos a Kerala. Y para allí me fui junto con Rodolphe (gabacho) que se apuntó a última hora.
2 vuelos para llegar y 3 horas de retraso en el avión… mierda, perdemos la conexión. Peeero, ocurre el milagro: cuando llegamos a Bangalore (aeropuerto de conexión) nos dicen que los de Kochi (no os descojonéis cabrones) no bajemos del avión. Esto funcionó en plan bus. Paran, bajan unos, suben otros, y seguimos…
Llegamos a Kochi a eso de las 10 y pico de la noche buscando el único “hotel” que reservamos con anterioridad en el viaje (que reservamos justo en el aeropuerto por esto de que llegaríamos algo tarde). El taxi nos deja en la puerta de nuestro “house guest”. “House guest” significa que es como si tu colega, el hippy fuma-porros te invita a sobar en la comuna (que digo yo, que siendo una comuna, no haría falta que te invitase,…). Pero ni tan mal, a mi estas cosas me molan. Sobre todo cuando la cucaracha que subía por la pared iba en una dirección que no era la de mi cama… Baah, vamos a cenar, que tengo hambre… El único garito abierto a esas horas era un chiringuito en el que pedimos… ¡¡ cerveza !! Lo curioso, es que la cerveza la fueron a buscar fuera del garito y nos la sirvieron en tetera y tazas de desayuno… Cosas del no tener licencia para alcohol. Mola lo de la tetera ¿verdad? Pues todo el puto viaje, los 6 días, bebiéndonos teteras y teteras…
Por la mañana, a visitar Kochi (la cucaracha debió pirarse de la habitación debido a que los mosquitos también le debieron tocar los cojones a ella). Vimos sus famosas “Chinesse fishing nets”, que fue una herencia del antiguo pueblo chino que también estuvo por aquí (y yo pensando que lo suyo eran lo de los rollitos de primavera, pero claro, de algún lado tenían que sacar el sushi). En las fotos podéis vernos a nosotros en las redes. Incluso un amable pescador, por un módico precio, nos dejó bajarlas (no comments).
De ahí a visitar la ciudad, muy bonita y con mucha historia relacionada con la conquista de los portugueses… (ya lo habreis leido en la wikipedia, ¿verdad?? ) Lo mejor, unos niños nos invitaron a su “barrio” por el que entras por una puertecilla desde la calle hacia le patio interior, donde viven ellos con las familias. Les he prometido que les mandaría las fotos (por correo tradicional…).
Y ya cansados, cerca de la tarde noche, nos acercamos de nuevo hacia donde estaban las redes de pesca para adquirir unos gambones y unas langostitas…. Jur jur jur. Un chiquillo que curraba en un “bar” cercano, se ofreció a cocinárnoslo por un módico precio (y unas cuantas “teteras”). Vino blanco también incluido (¡¡ mi madre, ni el Don Simón es tan malo !!). Lo último del día, ir a ver la famosa danza “Katakari”… ¿Sabéis el tío con la cara verde que sale en el anuncio del televisor “Sony Brabia” ? Pues ese es el Katakari. La danza me gustó… los primeros 5 minutos. Después era repetitiva y repetitiva. Pero fue buena la experiencia de verlo en directo. Ya publicaré mi propio video, pero mientras tanto, aquí os dejo el de unos japos, para que veáis de que va.
http://www.youtube.com/watch?v=pIPnrOeKnp8
Sobar (sin cucarachas y untado en “Autan”) y siguiente destino: Allepey. Primero un ferry (de esos que te imaginas en España en las noticias “250 muertos en el hundimiento de un ferry en precarias condiciones en el sur de la India”) y luego un bus durante 3 horillas (la foto de Rubén la he titulado “¿de que se reirá?”). Llegamos a Allepey, conocido por los backwaters… a ver Rober, te voy a poner fácil el chiste “Back” + “Water”, otra vez, “Back” + “Water”. Son lagos, ¡¡lagos!!. Un intensísimo lago la que la gente ha ido ganando terreno para dedicarlo al arroz. Increíble cuando vas por los canales del lago y le nivel del agua está por encima del de la tierra. Que necesitas inundar el arrozal, abres la compuerta. Que lo quieres vaciar? A bombear (otro chiste pal rober…). Nuestro destino allí era alquilarnos una casa barco y así lo hicimos después de luchar con varios dealers y un rickshowala que nos llevó a otra casa de invitados a ver si colaba y le daban comisión… El ganador, un chavalillo con una cara de espabilado el muy puñetero...
¡¡ De flipar !! Una embarcación tradicional, pero equipada con 2 habitaciones, ducha (que no íbamos a usar con tanta agua rodeándonos) y 3 personas de tripulación para llevar el barco y hacer la comida (incluida en el precio). Salimos por la mañana (después de pillar más cerveza, por supuesto…. ¡¡y sin tetera!!), bañito por la tarde en un logar que si no era el paraíso se le debe parecer, un poco de pesca (Rubén uno, que ni se comía, y yo otro, que la tripulación se debió de comer). Lo último del día fue que un buen pescador, con su canoa de madera, se acercó a ofrecernos prawns (gambones) que muy gustosamente aceptamos para nuestra cena.
Lo último que recuerdo de esa noche, es que estábamos los 4 tirados en un colchón en la parte alta del barco viendo luciérnagas… y ya no se más, igual debido al tabaco ese raro que nos vendió un rickshowala de Kochi…
Por la mañana, un buen desayuno y de regreso. Kerala es famoso por sus productos derivados del coco, y así lo demostró nuestra tripulación en todas nuestras comidas ya que hasta la tortilla francesa sabía a coco. Supongo que por el aceite que usaban.
Mirar chavales, estoy metiendo una chapa de cojones y todavía voy por la mitad (bueno y estoy reventao y quiero irme a mi cama). Otro día seguimos contando mentiras, ¿ok?
PD: ya se que el sushi es japonés, listos!
